Demasiado buena onda para ser verdad...
A las 12:59am. llegué a mi casa después de ese gran concierto de Fobia, no porque los músicos hayan prendido mis ánimos de tal manera como para enloquecer, siendo que me encontraba en la última fila del último nivel (con mi mano sin problemas tocaba el techo y la pared de fondo del recinto)... sino, la compañía es quien hizo la noche especial...
Como en toda gran aventura, hay un gran viaje, en esta ocasión no podía faltar uno memorable, y es que...
A más de media hora esperando en la parada del metrobus, pero del que pasa por fuera de los carriles destinados a este, osea después de media noche, y soportando el tremendo frío de madrugada, apareció un sujeto que se sentó detrás de mí en la banca de la parada. Podía sentir su mirada furtiva cada vez que la mía se volteaba a cuidar mis espaldas, yo esperaba pacientemente la llegada del transporte que me llevara hasta mi casa, literalmente al otro lado de la ciudad. ¡Estaba en La Raza!
Un taxi se detuvo y se me hizo grosero ni siquiera acercarme a preguntar, quizá un alma dadivosa estaría dispuesta a llevarme a "vaqueritos" por $85 ni un peso más.
- "No joven, son como 2 varos de aquí hasta allá..."
- "Bueno, pues si está lejos, de todos modos gracias..."
Después de unos 5 minutos, y cuando ya mi paranoia dibujaba en mi mente el tipo de alimaña que sería aquel hombre que a mis espaldas aguardaba, llegó un segundo taxi, me acerco cual prostituta (sin sentido despectivo, y con mucho respeto a las señoritas galantes que a más de uno hacen feliz estas noches de tanto frío...) lo haría y le pregunto:
- "¿Cuánto hasta Vaqueritos?"
- "¿Cuánto has pagado de aquí a allá ?"
- "No pues nunca me había ido... pero tampoco traigo mucho, nomás 85..." (En un milisegundo a mi cerebro se le ocurrió algo...) "...y estos...por si los ocupa... ¿si los ocupa no?" Mostrándole la tira de 4 condones o "dulcecitos" que me habían amablemente regalado a la entrada del anteriormente mencionado concierto. Sonríe y me deja entrar, sigue riendo.
En un poco menos de una hora, el amable ruletero me compartió los rasgos más sobresalientes de su honrosa vida... ¿y por qué digo honrosa? Porque desde que me subí me dijo que me iba hacer el paro, de llevarme hasta mi casa, por que el tenía chavos y ya se había dado cuenta que el tipo de detrás de mí estaba cazándome... le conté también algunos detalles de la mía. Y coincidimos en una cosa, nunca ninguno de los dos robaría a nadie, por lo menos no sin sentirse tremendamente culpable. Mi padre me dijo hace no mucho que aunque sea complicado, nunca hay que dejar de creer en las personas, así que puedo asegurar que ese señor nunca robará nada a nadie, por lo menos eso demostró en la pequeña faceta que me mostró hoy, aunque su apariencia a más de uno sin sentido humano haría dudar.
"Hacer el bien sin mirar a quien" le dije. Después, una charla sobre lo buena gente que los dos somos con nuestros allegados. "Todo lo que das, después lo recibes" dije. "Yo te ayudo hoy en buena onda, porque sé que el día de mañana que mis chavos necesiten ayuda alguien los ayudará..." el respondió.
Tampoco me topé con ningún santo que maneja taxis, pero sé que ese señor, con su evidente medio siglo de vida a cuestas sabía muchas cosas que yo no, y quizá nunca sabré... es por eso que traté de interrogarlo sobre cosas que me preocupan. Son tantas las cosas que platicamos, que me parece increíble no acordarme de ellas justo en este momento...
El punto es, que viene de una familia donde ser gemelo o triates (sí creo que esa fue la palabra que utilizó, según yo, es como cuates pero de tres.) es algo muy común... el chiste es que él tiene un hermano gemelo... y dos pares de hijos gemelos, dos varones de 14 y dos niñas de 6. "A veces, me llevo a mis hijas conmigo..." "... y no sé cómo, pero es bien chingón que le digan a mi esposa y mi suegra que su papá es un ángel..." "ellas ven cómo trato de ayudar a la gente y le dicen eso a mi esposa, que soy un ángel porque ayudo a las personas..."
Si de cursi estuviera, diría que el nombre de ese señor es Ángel, la verdad ni tiempo me dio de preguntárselo, pero creo que lejos de su apariencia y sus maneras, es lo más cercano a un concepto de ángel con lo que en mi vida me he topado.
"...y apoco no... es la mejor paga, que te reconozcan y aprecien lo que haces desinteresadamente por los demás... y más si es alguien tan importante para ti, como tus hijas, o alguien a quien quieres mucho..."
"...pues sí, pero también duele más cuando haces el bien a los que quieres y ellos ni un gracias te dan..."
"eso si..."
después, hablamos de otras cosas...
Y al final...
- ¿Entonces qué, se los dejo...?
- Ahí ponlos...